jueves, 27 de marzo de 2014

El Ángel Exterminador....y la mala educación

Hace no mucho comentaba con mi padre la falta de civismo de aquellos que aparcan donde les sale del arco del triunfo. No es que fuera una conversación muy trascendente, pero mis suegros viven en una calle de sentido único que muere en un acceso peatonal al centro de Bree, y en ese momento recordaba lo incómodo que es maniobrar cada vez que vamos o venimos, sobretodo a partir de las ocho de la tarde, que es cuando deja de haber vigilancia. De pronto, la línea contínua de color amarillo se convierte en un campo del que brotan vehiculos como setas, hasta el punto de bloquear el acceso a garajes y el paso cebra.

"Lo que yo daría por ser policía en ese momento... Me hincharía a poner multas!", decía yo. Él me miró con aquellos ojos que sólo sabe poner alguien que ha vivido mucho y me dijo.... "Pues yo no. Yo preferiría ser el Ángel Exterminador y reducir los vehiculos a ceniza"

Vivimos en un mundo habitado por gente mayoritariamente buena, o al menos eso quiero creer, pero siempre hay esa manzana podrida que, por ella sola, no es ninguna amenaza, pero que en contacto con las demás puede echar a perder al resto.

Hoy he tenido una mala experiencia en el trabajo con una de esas manzanas podridas. Alguien maleducado y vil. Alguien quien, no contento con un favor que se le hizo por cortesía, buscaba en otro favor cubrir sus miserias y su falta de profesionalidad. Como suele suceder en estos casos, lo ha intentado todo y por todos los medios, y cuando ya no le quedaba ninguno ha recurrido a lo fácil. La descalificación, la prepotencia, la mentira y la mala fe.

Lo que más me duele no ha sido que finalmente consiguiera lo que quería, sino que, pese a que mi responsable ha presenciado la escena y ha defendido mi proceder ante la Dirección, ésta no ha dado la cara por un simple empleado que se la parte a diario por ellos.

Cuánta razón tienes, Padre... Quién fuera Ángel Exterminador!






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